Píldora agropecuaria: Ciclo de alta productividad en ganadería bufalina

Como mencionamos en la entrega anterior de píldora agropecuaria, la rentabilidad de las fincas ganaderas está determinada por la eficiencia reproductiva, y en esta edición ahondaremos un poco en este tema. Tanto en ganadería vacuna como bufalina un intervalo entre partos (IEP) máximo de 400 días es económicamente aceptable, y  un alargamiento de este compromete la eficiencia económica de los sistemas ganaderos. Así, en ganadería bufalina se ha observado que el alargamiento del intervalo parto concepción (IPC) y en consecuencia del IEP, genera una disminución en el rendimiento económico del 24 al 27% (Khan et al., 2008); que el aumento del IEP desde 365 a 635 días causa una disminución en la producción de leche de 2,1 kg/día (Shah et al., 1991), que el costo de cada día adicional de intervalo entre partos por encima de 365 días es de unos 6,07 dólares (Cicek et al., 2017), y que cada día adicional sobre el intervalo entre partos promedio del rebaño, implica una disminución en las ganancias de 1,87 dólares (Safari et al., 2019). Todo esto debido a un aumento de los costos por alimentación, medicamentos y mano de obra, por el aumento de los días no productivos, por el aumento de categorías de animales no productivos, por la disminución de la producción de leche, por el retraso en el reemplazo de hembras, por la disminución en la venta de machos para carne o como reproductores y por el retraso en el progreso genético del rebaño. En resumen, las fallas reproductivas descapitalizan.

Por esta razón, una de las principales tareas de la gerencia es hacer que el rebaño alcance una alta eficiencia reproductiva, que en el caso de la ganadería bufalina implica lograr un IPC máximo de 90 días, para así alcanzar el deseado IEP de 400 días y de esta forma incluir a las búfalas en el CICLO DE ALTA PRODUCTIVIDAD.

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Ahora, ¿CÓMO UNA BUENA EFICIENCIA REPRODUCTIVA PERMITE MAXIMIZAR LOS BENEFICIOS ECONÓMICOS DE LAS FINCAS?  

En un análisis reciente hecho por nuestro grupo de investigación y enmarcado dentro del proyecto Factores que afectan el desempeño reproductivo de las búfalas de agua (Línea de Producción Animal, IIAP-ULA), se observó que las búfalas que se preñaron en los primeros 90 días postparto y que por ende tuvieron un IEP más corto (363 días), alcanzaron mayor producción por día de intervalo entre partos y mayor producción anual  (3,39 kg y 1237,45 kg vs 2,9 kg y 1072,11 kg, respectivamente) y además tuvieron menos días en el escotero, los cuales son días no productivos (108,98 vs 191,16). Todo esto a pesar de haber tenido una lactancia más corta y una producción por lactancia más baja (254,01 días y 1230,41 kg, respectivamente) que las búfalas que se preñaron después de los 90 días postparto (321,77 días y 1452,91 kg, respectivamente) y que por ende tuvieron un IEP más largo (512,93 días). Todo esto hace que el rendimiento económico de las búfalas que se preñan temprano en el postparto sea mayor, y además aseguramos una nueva cría en menos tiempo (12 meses vs 16,8 meses). Y todo esto: un corto IEP, una mayor producción por día de intervalo entre partos, una mayor producción anual y un periodo seco (escotero) más corto, es lo que llamamos CICLO DE ALTA PRODUCTIVIDAD. Las diferencias en la producción de leche anual podrían implicar alrededor de unos 4900 dólares adicionales por año en un rebaño de 100 búfalas. 

Ahora bien, este análisis nos deja ver no solo la importancia de establecer un programa de diagnóstico y control  reproductivo en los rebaños, sino también la necesidad de emprender un programa de mejora genética que permita aumentar el potencial productivo de nuestras búfalas, especialmente debido a que el 82% de los ingresos en las fincas bufaleras provienen de la venta de leche (Bechara Dikdan y Bustillo García, 2012) y así, junto con un corto IEP, alcanzar el nivel de producción por día de intervalo entre partos recomendado, lo cual parece estar entre 5,6 y 6,2 kg/día (Hamid et al., 2003; Aranguren-Méndez 2020), aunque esto puede depender de la ubicación y de la estructura de costos de cada unidad de producción, entre otros factores. Todo esto evidentemente implica una mejora en el manejo general de los rebaños, pues a mayor nivel de producción, mayor será la exigencia nutricional, sanitaria y de bienestar de las búfalas. Pero sin duda, la diferencia entre el nivel de producción actual por lactancia y el necesario para alcanzar la producción por día de IEP optima, será menor si logramos mejorar la eficiencia reproductiva y alcanzar un IPC máximo de 90 días, y como lograr esta meta reproductiva, será tema de nuestras próximas entregas. 

Por: 

Prof. Hector Nava-Trujillo y Profa. Adriana Morgado-Osorio