Disminuir la incidencia de enfermedades podales es un aspecto muy importante en los sistemas ganaderos. No solo por el aumento de los costos operativos, sino también por la disminución de los ingresos. Las enfermedades podales provocan que las vacas tengan mayor dificultad para alimentarse, y esto conlleva al agravamiento del balance energético negativo y a mayor pérdida de condición corporal, especialmente durante la lactancia temprana, lo que a corto plazo implica una disminución en la producción de leche, la cual puede llegar a ser hasta del 50%. Pero las consecuencias negativas van mucho más allá. Las enfermedades podales afectan el desempeño reproductivo. Las vacas cojas tienen un mayor periodo de anestro (alargamiento del intervalo parto primer celo), menor fertilidad (requieren más servicios para lograr la preñez), y mayor número de días vacíos. Las enfermedades podales son un factor de riesgo para el fracaso reproductivo. Incluso los problemas podales ocurriendo al momento del secado, pueden tener consecuencias negativas sobre el desempeño reproductivo de la próxima lactancia. Además, en el caso de los toros, los problemas podales pueden disminuir la cantidad y calidad el semen y la capacidad de monta. Por esto, es necesario que se establezca un programa que permita la identificación y el tratamiento frecuente y temprano de los problemas podales y por supuesto su prevención, a fin de evitar las consecuencias negativas de estas patologías sobre la producción de leche y la eficiencia reproductiva, y en consecuencia sobre la rentabilidad del sistema.
Prof. Hector Nava-Trujillo MV., Esp., MSc.