Píldora agropecuaria

Factores que afectan la eficiencia reproductiva: La mastitis.

Prof. Hector Nava-Trujillo

La mastitis es una enfermedad inflamatoria de la glándula mamaria, cuyos signos clínicos incluyen alteraciones en la composición y apariencia de la leche, disminución de la producción, fiebre, inflamación y enrojecimiento de uno o más cuartos; aunque, frecuentemente puede no generar síntomas, siendo en este caso conocida como mastitis subclínica, caracterizándose por una disminución de la producción y un alto contenido de células somáticas. La mastitis es la enfermedad que mayores pérdidas ocasiona en la ganadería lechera, no solo por afectar la producción y calidad de la leche, sino también por las consecuencias negativas sobre la reproducción, las cuales se han reportado por igual en en razas de alta producción, ganadería doble propósito y búfalas.
La mastitis postparto provoca un incremento en los días al primer servicio. Barker y col., 1998, observaron que vacas Jersey que presentaron mastitis clínica antes del primer servicio tuvieron 93.6±5.6 días a este evento en comparación con los 71.0±2.2 días de las vacas sin mastitis o con mastitis luego del primer servicio (P<0.01), igualmente los días a la concepción fueron mayores para las vacas con mastitis antes del primer servicio (113.7±10.8) que en las vacas sin mastitis (92.1±4.6 días).
Cuando la mastitis se presenta cerca de la ovulación, se ha observado un retaso en el momento en que esta ocurre e inclusive pueden presentarse celos anovulatorios. Lavon y col., 2010, reportaron que un 26% de vacas con mastitis clínica o subclínica presentaron un retraso en la ovulación o no ovularon en comparación con un 4% en las vacas sin mastitis. Mientras que cuando la mastitis ocurre luego del servicio se produce un incremento significativo de los días a la concepción y del número de servicios por concepción (Barker y col., 1998, Schrick y col., 2001, Santos y col., 2004). Santos y col., 2004, reportaron una menor fertilidad al primer servicio en vacas con mastitis clínica ocurriendo antes (22.1%) y después del primer servicio (10.2%), en comparación con las vacas sin mastitis (28.75) y con aquellas que sufrieron mastitis luego de diagnosticada la preñez (37.9%), además observaron que las vacas con mastitis los primeros 45 días postservicio tienen mayor tasa de abortos (11,6%) que las vacas sin mastitis (5,8%) (Santos y col., 2004).
Mastitis y reproducción en ganadería doble propósito. En ganadería doble propósito, se observó que la mastitis clínica ocurriendo antes del primer celo postparto, incrementó los días al primer servicio y a la concepción en comparación con vacas sin mastitis (118±68 y 164±103 vs 95±49 y 135±90 días, P<0.05), sin consecuencias negativas sobre la fertilidad (Nava-Trujillo y col., 2005). Además, el efecto negativo de la mastitis sobre los intervalos parto primer servicio y parto concepción parece depender del número de partos, siendo las vacas primíparas más susceptibles, teniendo un retraso mayor al primer celo (+53 días) y a la concepción (+69 días) que las vacas multíparas (+21 y +18 días respectivamente) (Nava-Trujillo y col., 2010). Además, la ocurrencia de mastitis puede ser un factor de riesgo para la repetición de servicios (González-Stagnaro y col., 2003).
Mastitis y reproducción en búfalas. En búfalas, la mastitis clínica ocurriendo tanto antes como después del servicio del primer servicio, aumentó el intervalo parto concepción (148.79±12.66 y 232.47±17.96 días, respectivamente) en comparación con las búfalas sin mastitis (76.17±2.89 días) (Manimaran et al., 2014). Más recientemente se ha reportado que la mastitis tanto subclínica como clínica (y especialmente la que ocurre durante el periodo periovulatorio) redujo el diámetro del cuerpo lúteo y los niveles de progesterona, afectando negativamente la preñez (Mansour y col., 2017).
Que hacer para evitar los efectos negativos de la mastitis sobre la reproducción? Lo principal es prevenir. Tomar las medidas necesarias para mantener alejados a los patógenos, manteniendo instalaciones limpias y mejorando la rutina del ordeño, especialmente cuando este es mecánico, ya que la incidencia de mastitis subclínica es mayor. Se debe identificar lo más pronto posible a las hembras enfermas y así evitar la propagación, especialmente cuando se trata de mastitis subclínica, por lo que el establecimiento de evaluaciones frecuentes con el California Mastitis Test sería de gran ayuda. Se debe promover una mejora del sistema inmunitario, manteniendo una alimentación adecuada y con la utilización de algunos suplementos como la vitamina E y el selenio, que han sido reportados por disminuir la incidencia de mastitis y esto cobra gran importancia en hembras durante el postparto temprano y en hembras de primer parto.
Evidentemente se debe tratar aquellas hembras diagnosticadas con la patología, pero se debe ir más allá del tratamiento con antibióticos, pues la mastitis puede tener secuelas a largo plazo y seguir afectando la eficiencia reproductiva en las hembras que han recibido tratamiento y se han curado, por lo que el uso de algunos fármacos antinflamatorios no esteroidales y la administración de progesterona postservicio podrían ser evaluadas como alternativas para evitar las consecuencias negativas sobre la fertilidad cuando la mastitis ha ocurrido cerca del momento de la ovulación. Todo esto claro está, debe ser combinado con una asistencia medico veterinaria adecuada.
 Tradicionalmente la mastitis fue vista solo como una enfermedad que disminuía la producción y la calidad de la leche. Hoy día se reconocen que sus efectos negativos van mucho más allá, y que tiene consecuencias sobre el desempeño reproductivo, impactando así con más fuerza la rentabilidad de las empresas ganaderas.